!Carlos Oviedo, del Perú, 30 años después!

Nuestro muy querido amigo, Carlos Oviedo, envió en esta fecha su contribución gráfica y escrita para el blog del PGLA de 1978. La transcribo textual, no sin antes transmitirle mis agradecimientos

Después del PGLA...
Una breve historia de Carlos Oviedo,

Como seguramente les pasó a todos, 1978 fue un año que marcó nuestra propia historia personal y profesional. Ni bien regresé a Lima afronté una serie de problemas de tipo gremial en el trabajo. Salí del empleo en un diario importante y comencé a laborar como colaborador de revistas. Ingresé a trabajar en la docencia, en la universidad más antigua de América. Una especie de aprendizaje alucinante donde el profesor terminó aprendiendo más que los alumnos sobre la realidad nacional.

Los años 80 fueron los tristemente célebres del inicio y apogeo de la subversión en el país. Represión, bombas en la calle, miedo por todas partes, falta de esperanzas. Aun así, persistíamos. Ingresé a trabajar en una entidad financiera , Cofide, como Jefe de Comunicación. Desde ahí no he parado de evolucionar en el rubro de comunicación empresarial comunicación corporativa, alejándome gradualmente primero del ejercicio del periodismo, y un poco de la actividad académica.

Me casé, con Maritza, compañera de armas tomar. Tenemos dos extraordinarios muchachos. Lorena ya acabó su carrera en comunicación y trabaja en una consultora y está llena de sueños. Sebastián progresa en sus estudios de Psicología, es músico y cinéfilo.
He trabajado en las empresas líderes del país, por buena suerte. Las mejores mineras, Southern Peru y Antamina, que están en entre las principales productoras mundiales de cobre; y ahora en Telefónica, como director de Comunicación y Marketing del Grupo Telefónica en el Perú.

También, al mismo tiempo que tenía empleo dependiente, he mantenido durante muchos años una pequeña consultora por la que daba servicios de comunicación, editoriales, asesoría periodística y de relaciones públicas.
De tanto creerme que tengo algo interesante que contar, he publicado varios libros, los dos últimos sobre comunicación en las empresas, y sigo dictando al menos dos veces por año cursos de mi especialidad para la Universidad de Lima y la organización Gerens.

Mis publicaciones dieron algunas satisfacciones y alguna poco grata consecuencia, como ser marcado por un movimiento subversivo que me tachó públicamente por haberme atrevido a analizar su discurso y sus mecanismos de comunicación masiva (“Prensa y Subversión, una lectura de la violencia en el Perú”).
Retomando las primeras líneas. Debo confesar que uno aprende a conocer su propio país, mirándolo desde afuera, desde la perspectiva de otro mundo. La visión que logré de lo que somos, me ha hecho diferente desde entonces, pues sí que impacta la experiencia de estudiar en Europa, de abrevar en su historia, de compartir con su gente, de notar su visión de progreso y el respeto a sus tradiciones.
No he tenido mucho contacto con los compañeros del Curso de 1978. Inicié por esos años una colaboración como “corresponsal” para el zar J Orías en Santa Cruz, y algo para el diario de P Correa en Medellín; después retomé contacto con algunos en Viña del Mar; intercambié mensajes eventuales con Sophy y Raul Possetto, grande tigre, del cual todavía guardo en la memoria y en la garganta algunas canciones llenas de sentimiento y melodía.
Si me preguntaran en qué cambió mi vida esa beca, diría que amplió mi horizonte del mundo, me hizo ambicionar estar siempre al día, actualizado, y me permitió moverme en lo profesional, sin tanto miedo: he cambiado de empleo prácticamente cada cuatro o cinco años. Pasado todo este tiempo, tres décadas que se dice fácil pero que guardan incontables historias, me felicito de haber tenido ese maravilloso tiempo juntos todos los del PGLA, con toda nuestra inocencia mental y afán de conocimiento, con toda la franqueza y apertura hacia las experiencias personales enriquecedoras, simples, sin etiquetas. Por todo ello, más que contarles mi historia, lo relevante es que seguimos vivos y que podemos darnos las gracias por habernos conocido.

Comentario del Editor: Agradeceré a aquellos a los que aún no podemos "verlos" y leerlos, que nos envien su contribución.