viernes, 25 de julio de 2008

FCom: 50 años preparando el futuro

La edición número 46 de “Perspectivas del mundo de la comunicación”, trae en su nota de apertura una referencia a la celebración, el próximo año, del primer cincuentenario de vida de la Facultad de Comunicación (FCom) de la Universidad de Navarra.

Ese texto que incluye una brevísima referencia al PGLA, realiza algunas reflexiones sobre la labor cumplida en medio siglo de vida, que este blog quiere hacer participes a todos sus lectores, por lo que se lo transcribe en forma completa a continuación.

Ernesto García Alesanco, un argentino de la primera promoción del Instituto de Periodismo, cuya continuación es la actual Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, solía cantar aquel emocionante tango “Volver”, uno de cuyos versos dice “que veinte años no es nada”. Entonces, cincuenta serían dos veces y media “nada”. Pero no es así: estos 50 años de investigación y enseñanza del periodismo y la comunicación en Pamplona han sido una formidable preparación para el futuro; de ahí el título de estas líneas.

Trataremos de celebrar el curso 2008-2009 a lo grande; no como nostálgicos que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor, sino comprometiéndonos a que el futuro sea mejor que los extraordinarios años pasados hasta ahora. Y, para ello, contamos contigo.

El día 16 de mayo de 2009, que puedes anotar ya en tu agenda y proteger para evitar posibles compromisos que te impidan estar en Pamplona en esa fecha, será la “traca final” de todo un curso en el que las cosas habituales se celebrarán con el color de las bodas de oro, y en el que habrá momentos “estelares” en los que participarán millares de personas.

La Facultad, contando con los profesores antiguos y actuales, los graduados, los que cursaron el PGLA (Programa de Graduados Latino Americanos), los doctores, los que obtuvieron sus grados en los Máster (de Gestión de Empresas de Comunicación y de Comunicación Política y Corporativa) y los estudiantes actuales, constituye una comunidad de mas de 7.000 personas, repartidas por todos los continentes, ejerciendo su profesión en las más variadas actividades del mundo del periodismo y de la comunicación en general.

Te agradará saber, si aún no te ha llegado la noticia, que, primero, el grupo brasileño Globo (uno de los grupos mediáticos más fuertes de América) y, después, el Gobierno de Navarra han propuesto a nuestra Facultad como candidata para el premio Príncipe de Asturias en la modalidad de “Humanidades y Comunicación”. Nos consta, aunque no conocemos los detalles, que ha habido centenares de adhesiones a la propuesta llegadas de países muy diversos, campos diferentes y niveles también distintos. Aún puedes unirte tú también a esta iniciativa.

Estos días, por diversas razones, hemos hablado con numerosos antiguos de distintas promociones, ocupaciones diferentes y países variados. Hemos disfrutado una barbaridad, y también nos hemos emocionado con vuestras palabras, apoyo y muestras de cariño. El espíritu de la libertad ha sido capaz de generar una solidaridad fuerte, que se palpa cuando uno toma el teléfono o abre el correo electrónico.

Lo dicho: nos vemos en Pamplona, cuando quieras y, desde luego, el 16 de mayo del año que viene, para celebrar un gran reencuentro de amigos y compañeros que cerrará la agenda de actos de todo el curso. Entretanto, por favor, presta atención a la página web de la Facultad (
www.unav.es/fcom/), donde irás encontrando información útil. Puedes enviar tus sugerencias al profesor Esteban López Escobar (elef@unav.es) o a la secretaría de la Facultad (secretariafcom@unav.es). ¡Hasta pronto!



miércoles, 9 de julio de 2008

El PGLA según Don Francisco Gómez Antón *


El Programa de Graduados Latinoamericanos (PGLA) ....si mal no recuerdo... comenzó en 1972 y se impartió hasta 1990; que me tocó dirigirlo desde 1975; que fue el programa estrella de la Facultad durante los dieciocho años que duró; que cobró enseguida un gran prestigio en los medios periodísticos y académicos americanos; que sus graduados organizaron cuatro Encuentros Internacionales; que contribuyó decisivamente al desarrollo de las relaciones y servicios de la Facultad en toda América; y que muchos siguen todavía en contacto con ella y entre sí.

Dicho esto, lo normal sería que alguien preguntara: ¿Y qué más? O, si fuera colombiano: ¿Qué tal?, ¿cómo amaneció?, ¿qué hubo?, ¡como le fue?...¡y qué máaas?).Por si ocurriera, ahí va lo que sigue.

Aktion Adveniat

El PGLA se estableció a instancias de la Fundación alemana Aktion Adveniat, que financia cada año un número considerable de programa de ayuda a América Latina (gracias –por cierto- a la generosidad de los católicos, cuyo donativos navideños son sus únicos ingresos). En 1971 los directivos de la Fundación, conscientes de la importancia de los medios de comunicación en el proceso de evolución social, decidieron promover un nuevo programa, específicamente destinado el perfeccionamiento de profesionales de la información latinoamericanos.

Por razones obvias, tendría que impartirse en español. Pero montarlo en un país americano, cualquiera que fuere, podría despertar recelos en los demás. Por lo tanto, habría que realizarlo en algún lugar de España. Y la elección recayó en la Universidad de Navarra. En teoría, había otras opciones; porque en 1971 se habían fundado las dos primeras Facultades estatales de Ciencias de la Información, en las universidades de Madrid y Barcelona. Pero recién nacidas como estaban, carecían de experiencia. En cambio, la de Navarra llevaba ya trece años dedicada al análisis científico del fenómeno informativo y a la formación académica integral de profesionales de los medios, y tenía un prestigio indiscutible en España y fuera de ella.

Los acuerdos con Adveniat se establecieron para cinco años, renovables indefinidamente. A la sazón, era decano de la Facultad, Alfonso Nieto. La Fundación dotaría cada año 25 becas como máximo, que cubrirían los gastos de viaje, matrícula y ordinarios de los participantes. La Facultad los seleccionaría, y se encargaría de diseñar, organizar e impartir el Programa, en estrecho contacto con la Fundación. En honor a la verdad, hay que decir que el director de Adveniat, monseñor Emil Stehle, dejó siempre a la Facultad las manos libres , confiando en su pericia. Y que, gracias a ello, el Programa fue mejorando al paso que aumentaba su experiencia, sin intromisión de factores extra-académicos.

400 profesionales de 13 países

Lo cursaron cuatrocientos profesionales exactamente, de 13 países: México, Guatemala, Costa Rica, El Salvador, Panamá, Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil. Cada año presentaban sus solicitudes unos 350 candidatos. La Comisión de admisiones preseleccionaba 120, mas o menos. A los preseleccionados les entrevistaba en sus países respectivos el director o algún otro profesor del Programa. Y a su regreso se procedía a la selección final, con participación del director de Adveniat, que solía ratificarla sin más.
Los viajes de selección eran maratonianos. Quince años seguidos (acompañados en algunos de ellos por Aires Vaz, Esteban López-Escobar, Carlos Soria o Manuel Casado), recorrí en cuatro o cinco semanas el continente de punta a punta, haciendo unas veinte escalas: dieciséis fijas, salvo excepciones (Sao Paulo, Asunción, Montevideo, Buenos Aires, Córdova, Santiago de Chile, Lima, Piura, La Paz, Quito, Bogotá, Medellín, San José de Costa Rica, Guatemala, México D.F. y Monterrey), y cuatro o cinco más, variables según los casos (Río de Janeiro, Belo Horizonte, Brasilia; Santa Rosa, Rosario, Mendoza; Valparaíso, Santa Cruz de la Sierra, Guayaquil, Cali, Panamá, Guadalajara, Mexicali…).

Además de las entrevistas de la selección, la agenda incluía con frecuencia otros quehaceres (visitas a medios de comunicación, ruedas de prensa, conferencias); y siempre, lo más esperado y grato; el reencuentro con los exalumnos del Programa hasta altas horas de la noche. De manera que estos viajes eran por principio un cocktail de actividades varias, con fuertes sobredosis de vigilias, madrugones, esperas de aeropuerto, vuelos con o sin sorpresa (mas bien con), cambios continuos de clima y altitud, comidas inusuales y preferiblemente picantes, e incidentes imprevisibles. Pero la verdad es que ni me enteraba; recuperaba en los vuelos los retrasos de sueño; ni siquiera podía imaginar lo que era el célebre jel-lag; cambiaba en un plis plás la clavija mental para adaptarme al ritmo del entorno; y no recuerdo haber tenido nunca problema alguno de salud, ni por las comidas ni por nada. ¡Cómo cambian los tiempos!

Aunque no había cupos por países y teóricamente todos los becarios podían proceder del mismo, las becas de cada año se repartían entre siete u ocho. Porque la convivencia con colegas de países y mentalidades diferentes durante seis meses dedicados al estudio y al intercambio de experiencias u opiniones diluía los prejuicios, facilitaba la comprensión mutua, neutralizaba las rivalidades crónicas entre vecinos, y consolidaba la amistad de unos con otros.

Diversidad grande y mutifacética

La diversidad enriquece, si se asume debidamente. Y en el PGLA era tan grande y multifacética, que la taxonomía convencional saltaba hecha pedazos al describirla. Ejemplo límite. En 1984, al comenzar el ciclo de lecciones que impartían cada año dos directivos del Miami Herald , pidieron, para orientarse, que alguien les explicara la composición del grupo. Tomó la palabra una alumna mexicana, y dijo con toda naturalidad:
-Somos 25 en total: 3 casados, 7 hombres, 4 brasileños, 10 mujeres y Salvador Guajardo.
¡Eso es calar fino en los matíces!..¿o no?

El PGLA comenzaba el 15 de enero, en pleno invierno y, a veces, con un palmo de nieve. De repente, la Facultad cobraba un tinte peculiar. Los estudiantes contemplaban, divertidos, la sobrecarga de pellizas y bufandas de sus nuevos compañeros, de habla suave y cantarina. Manolo , camarero entonces del Faustino, se regocijaba con la forma colombiana de pedir café: <>. La secretaria del Programa se quedaba muda ante preguntas como: <<¿Dónde puedo motilar (cortar el pelo) al niño?>>¿Cuánto cuesta un poyo pa-yevá? (pollo para llevar)?>>, <<¿Me puedes conseguir un porro (porrón)?>>, ¿A qué hora sale la liebre (autobus) a San Sebastián?>>. Y a los profesores del PGLA (y quizás más que a nadie a Miguel Urabayen) se les notaba en la cara lo satisfactorio que resulta trabajar con profesionales motivados, maduros y responsables.

360 horas de clase

Como el programa duraba sólo cinco meses y medio, requería dedicación intensiva. Los alumnos tenían 360 horas de clase (cuatro diarias, de lunes a viernes, durante 18 semanas); y destinaban al menos otras tantas a la elaboración de un estudio o proyecto, sobre el tema elegido por cada uno para asentar las bases de su ascenso profesional. La asistencia a las clases era masiva; los alumnos despachaban semanalmente con sus asesor respectivo; y al finalizar el programa, presentaban sus proyectos ante un tribunal de evaluación. La verdad es que la mayor parte de los proyectos eran muy buenos. Pero un brasileño excelente tuvo la mala suerte de que, mientras presentaba el suyo sufriera un infarto el presidente del tribunal, Ángel Faus. Durante años, tuvo que soportar las bromas de sus compañeros.

A la carga de trabajo se sumaban otras exigencias. Aunque las becas cubrían decorosamente las necesidades básicas, no daban de sí para otros gastos, de modo que había de apañarse con lo justo. Los alumnos de países tropicales pasaban tanto frío, que decían que en Pamplona había dos estaciones solamente: el invierno…y la del ferrocarril. Echaban en falta las comidas de sus tierras de origen (bifes de chorizo, dulce de leche, paltas, pisco, feijoada, mangos, chiles, carnitas con todo), aunque acababan aficionándose -¡que remedio!- a los pinchos de tortilla, por ejemplo. Acostumbrados como estaban a almorzar a las doce o doce y media, llegaban desfallecidos al final de las mañanas. Desde luego, terminaban comprendiendo que los españoles no hablamos como hablamos porque estemos enfadados, sino que aunque nos encontremos tan contentos como un tonto con un silbo. Pero mientras tanto iban de susto en susto: <>, <>.

Pese a todo, los participantes estaban encantados con su vuelta a las aulas y el revival de sus años estudiantiles. Además, el Programa incluía dos viajes de estudio: uno a Madrid y el otro a París y Londres (o Bruselas). Poca cosa, para tantas que merecen verse en la vieja Europa. Pero la mayoría de los alumnos se las componían para conocerla un poco más , antes de su regreso. Sobre todo, cuando venían predeterminados a encontrar sus raíces familiares dondequiera que estuvieran. En cualquier caso, uno de los aspectos del Programa más apreciado en las encuestas anuales de evaluación era, precisamente, que se desarrollara en Europa. Porque, para muchos, era al primer contacto directo con los orígenes de su cultura.

Objetivos del PGLA

Por otra parte, el Programa perseguía ( con bastante éxito, por cierto) tres objetivos fundamentales: 1) Actualizar los conocimientos y métodos de trabajo de los participantes, mediante el análisis de experiencias punteras y tendencias globales del sector informativo. 2) Ayudarles a asumir las exigencias deontológicas de la profesión, indispensable para su realización personal y el progreso de la sociedad. 3) Orientarles en la elaboración del proyecto más adecuado para su ascenso profesional inmediato.

De hecho estos ascensos se producían casi como regla general; lo cual reforzaba gradualmente el prestigio del Programa en los medios… y la solidaridad de los participantes con los demás de todas las promociones: <> se sentían unidos, por encima del tiempo y las fronteras.

Sin embargo, lo que más llamaba la atención era la permanencia de sus vínculos afectivos (y efectivos) con la Facultad. Gran parte de los exalumnos seguían en contacto con ella, colaboraban con ella como podían , volvían en cuanto tenían oportunidad de hacerlo… y se volcaban atendiendo en sus países a los profesores del Programa. Viajé muchas veces por América con colegas norteamericanos y europeos. Y siempre vi que les dejaba atónitos la cordialidad de nuestros reencuentros con los exalumnos del PGLA en todas partes. Porque consideraban que no era normal, dada la brevedad del Programa y los años transcurridos desde que lo cursaron.

* Tomado de la obra “Desmemorias” de Francisco Gómez Antón, EUNSA, abril de 2002, paginas 195 a 201

domingo, 6 de julio de 2008

Pamplona vive nuevamente la fiebre de la fiesta

La hermosa Pamplona, en la Navarra española, que hace 30 años nos albergó a 25 latinoamericanos, vive nuevamente en estos días la fiesta anual de los SanFermines, edición de 2008.

En base el material que publica el portal http://www.abc.es/ el editor de este blog ha preparado el siguiente "recorrido" de la fiesta de los toros, pidiendo disculpas anticipadas a aquellos que consideran este espectáculo, un oprobio para la raza humana.











viernes, 4 de julio de 2008

Nuevo Vicedecano en la FCom



El nuevo Vicedecano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra es Manuel Martín Algarra, nacido en Granada en 1963 y catedrático de Teoría de la Comunicación y de la Información.
Tras unos años de docencia e investigación en la Universidad de Vigo, en el curso 2004-2005 se incorporó de nuevo a la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, donde actualmente es subdirector del departamento de Comunicación Pública y desde 2007, director de su Programa de Doctorado.
Martín Algarra es miembro de la Sociedad Española de Periodística (SEP), de la que fue presidente entre 2004 y 2008; de la International Communication Association (ICA); y socio fundador de la Asociación Española de Investigación de la Comunicación (AE-IC). Asimismo, ha sido visiting fellow del departamento de Filosofía de la Universidad de Yale y visiting scholar de la Universidad de Texas, en Austin. Su investigación se centra en los fundamentos teóricos de la comunicación, en las campañas de comunicación pública y en el área de comunicación y salud, ámbitos en los que ha redactado y participado en libros, artículos y otros proyectos.
Nos congratulamos por esta designación.

miércoles, 2 de julio de 2008

Se abre tribuna de testimonios! Lo que el PGLA significó para mí

Este blog de la séptima promoción del Programa de Graduados Latinoamericanos (PGLA), lanza en esta fecha una iniciativa para poner en blanco y negro y en la autopista mundial de la información, los testimonios de quienes formamos parte de él y, por ello, pasamos por la Facultad de Comunicación (FCom) de la Universidad de Navarra (UNAV), que se encuentra en vísperas de sus primeros 50 años de vida.

Este blog está a la disposición de todos los que quieran dar su testimonio, sobre lo que para su vida personal y profesional significaron el PGLA, la FCom y la UNAV. Se abre la tribuna con el testimonio enviado por el mexicano Raúl Espinoza Aguilera, del PGLA de 1976, cuya producción editorial sobre los más variados tópicos está disponible en el blog www.raulespinozamx.blogspot.com

Estamos gestionando el envío de reflexiones similares por parte de los integrantes del claustro de la UNAV, de aquellos que contribuyeron en el PGLA a nuestra formación. Consideramos que su aporte fue invalorable y es de hombres y mujeres de bien el reconocerlo y dar testimonio de ello. Esa es la motivación matriz de esta iniciativa del blog www.pglaenaccion.blogspot.com

Las contribuciones pueden enviarse al email jaguirrech@gmail.com del Editor de este blog y serán editadas de inmediato. Se agradecerá citar con exactitud a cuál de las promociones del PGLA perteneció quien envíe su contribución y remitir, si es posible, una fotografía personal para insertarla junto con el texto que, en caso contrario, será ilustrado con una gráfica del país o ciudad de procedencia

Lo que el PGLA significó para mí

Soy antiguo alumno del V PGLA de 1976. Para mi el Programa de Graduados para América Latina significó un cambio de rumbo, un profundizar más en mi quehacer periodístico. Nunca pensé que detrás de esas clases de Filosofía, Antropología, Literatura, Economía, Ética o Deontología Periodística, etc. me abrieran un panorama tan amplio sobre la enorme responsabilidad que entraña ser comunicador o periodista.

Conocí más a fondo lo que acontecía en los principales periódicos y revistas de Europa, sus técnicas innovadoras, sus contenidos más ágiles. Lo mismo que las interesantes clases de radio de Don Ángel Faus.

También me sirvieron mucho las clases de Derecho a la Información, que resultó para mi un mundo casi nuevo y ha sido para mi una útil herramienta para profundizar más en estos derechos y deberes del comunicador.

De igual forma, las interesantes conferencias de Historia de la Iglesia me ayudaron a tener una visión más completa, a entender mejor su misión sobrenatural y a querer más a mi Iglesia, a pesar de los errores que en un momento dado puedan tener algunas personas concretas a lo largo de los siglos.

Me fue de gran ayuda, también, que mi director de tesis me exigiera con constancia para lograr una tesis de un buen nivel académico. Recuerdo que un compañero del PGLA me decía, confidencialmente: "En mi vida me habían puesto a estudiar e investigar tanto como hasta ahora".

Me parece que es de justicia señalar que esta idea, de brindar una formación integral y humanística a los comunicadores de América Latina, teniendo como base la Universidad de Navarra, fue una iniciativa de San Josemaría Escrivá de Balaguer, Fundador del Opus Dei y, después, vino el empuje y la actitud decidida de secundar esta maravillosa propuesta de personalidades como Don Francisco Gómez Antón, Don Carlos Soria, Don Esteban López Escobar, Don Luka Brajnovic, Don José María Desantes, Don Gonzalo Redondo, Don Leonardo Polo, Don Miguel Urabayen y tantos otros inolvidables profesores que contribuyeron a forjar la formación humanística de cientos de periodistas de América Latina.

Me parece que nunca agradeceré bastante toda esa formación que me proporcionaron esos profesores de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra en un ambiente tan cordial y de grata convivencia.

Sin duda fue un curso inolvidable y dejó honda huella en mi carrera periodística.

Saludos cordiales a todos los antiguos alumnos del PGLA.
RAUL ESPINOZA AGUILERA