jueves, 4 de junio de 2009

El VII PGLA en el Libro de Oro por el cincuentenario de la Fcom

Un auténtico hallazgo en el libro “Fcom: 50 años preparando el futuro” que recuerda el medio siglo de vida de la Facultad de Comunicación (Fcom) de la Universidad de Navarra (UNAV), ha sido encontrar esta fotografía en la que aparecen la casi totalidad de integrantes del VII Programa de Graduados Latinoamericanos (PGLA) de 1978.

Esta fotografía rescatada de la página 56 de la obra editada por Antonio Vidal Cuadras y Esteban López Escobar incluye el siguiente pie de grabado: “Reunión de Antiguos Alumnos: Cena en el Central”. En realidad, sospecho, es la “foto de familia” captada al finalizar el VII PGLA, en junio de 1978. Si estoy equivocado, espero correcciones.

Detallo las identidades de quienes aparecen, absolutamente jóvenes, en la imagen:

Ciro Oviedo, de Argentina, aparece en primera fila a la izquierda, es uno de los cuales el Editor de este blog no ha vuelto a tener noticias en los últimos 30 años. Alguien escribió que se había radicado en Italia pero no se ha vuelto a saber de él lo cual es realmente extraño y, realmente, lo extrañamos.

Junto a Ciro Oviedo, esa pequeñita que con su naricita picarona es casi la única que mira al fotógrafo, es la hija mayor de Mario Segura, de Costa Rica, quien acaba de inaugurar su página http://www.mariosegura.com/ y quien llevó a Pamplona a su esposa y a su primogénita. Mario y su esposa, ambos jovencísimos, aparecen detrás de la niña.

En primerísimo plano aparece la rubia Gilda Cardenutto, de Argentina, quien tampoco ha vuelto a dar señales de vida en las últimas tres décadas y a su siniestra aparece la chilena Ana Francisca Aldunate y quien, aunque divorciada de la tecnología, ha ofrecido escribir en varias ocasiones pero no lo ha hecho, por lo que tiene falta.

Gilda y Ana Francisca portan abundante documentación en sus manos y mientras la primera lleva el abrigo al brazo, la segunda lo usa, lo que me lleva a suponer que la gráfica fue captada a inicios del curso, en enero de 1978, cuando la nieve y el frío “reinaban” en Pamplona. Que alguien me corrija, por favor.

En la segunda fila, al extremo izquierdo, aparece Norberto Malatesta, de Argentina, quien aún hace periodismo en Buenos Aires y que ha escrito y ha enviado fotografías de su familia. Detrás de Gilda y Ana Francisca, como escoltándolas, aparece Roberto Silvestrini, de Brasil, de quien tampoco hemos vuelto a saber nada de nada.

En la tercera fila, extremo izquierda, si no me equivoco, aparece el argentino Raúl Possetto Muela, otro de los “desaparecidos” del VII PGLA. A su lado se encuentra Ana María Moisset, de Argentina, quien si ha escrito y enviado sus datos y fotografías, por lo cual estamos agradecidos.

Barbado y sonreído y con el cuello de la camisa abierto, en el centro superior de la gráfica, se halla el mexicano Carlos Vidal Alum, quien tampoco ha vuelto a mostrarse. ¿Qué habrá pasado con el Carlitos a quien cariñosamente llamábamos “el charro”? Si alguien nos lo puede comunicar lo agradeceremos.

A la izquierda de Carlos Vidal se encuentra la colombiana Piedad Correa y, a su vera, como no, el peruano Carlos Oviedo, teniendo a su lado a la colombiana Clara Sofía Villegas. Los tres se han reportado en los últimos meses. Por fin, al extremo superior izquierda el peruano David Vanegas Jara, de quien tampoco hemos vuelto a saber.

La fotografía, entonces, reúne a 13 miembros del PGLA de 1978 y no aparecen:
- los argentinos Eduardo Beauvallet, Maria Amalia Caballero (desaparecida) y Jorge Adino de Bernardo
- los mexicanos Georgina Walter y Juan de la Borbolla
- la chilena Isabel Seguel
- las peruanas Rosa Zeta y Ángela Carrasco (desaparecida)
- la colombiana María Luisa Estrada
- la brasileña Marialice Maluf
- el boliviano Jorge Orias
- y el Editor de este blog, de Ecuador

Escribe Don Francisco Gómez Antón
La referencia que al PGLA hace el libro “Fcom: 50 años preparando el futuro” de más de 200 páginas incluye un texto escrito por Don Francisco, actualmente en México y quien, considero, fue el “gran ausente” del encuentro de mayo pasado en la Fcom, en Pamplona. Ese texto es el siguiente:

1972 Comienza el PGLA
Francisco Gómez Antón
Entre 1972 y 1990, cuatrocientos profesionales de la comunicación de trece países americanos cursaron este programa, financiado por la Fundación alemana Aktion Adveniat de Ayuda al Desarrollo. El programa tuvo un éxito espectacular, pese a que: la sobrecarga de trabajo era continua; la cuantía de las becas, muy ajustada; el ambiente, de ciudad pequeña; el frío, implacable casi todo el tiempo; las comidas, a deshora y extrañas, sin bifes de chorizo ni frijolitos ni chiles ni aguas de colores ni palta ni nada de nada; y el habla normal de acento tan duro, que parecía estuviera enojado todo el mundo. Pero estos factores “negativos” se veían contrarrestados sin especial dificultad por otros como los siguientes:
La calidad de los participantes: veinticinco como máximo, seleccionados de entre unos trescientos, más de un centenar entrevistados en su país de origen.
La convivencia estrecha, durante medio año, con colegas de otros países; porque les permitía analizar más de cerca la realidad del continente, y superar las barreras de la incomprensión cultural o ideológica.
La comunicación resultante de ello, y la consiguiente colaboración efectiva de muchos en proyectos multinacionales diseñados en el marco del Programa.
La aproximación a Europa y su cultura, en dos viajes de estudio durante el Programa y, normalmente, otro personal al acabarlo, con frecuencia en busca de raíces familiares (nunca falta para confirmarlo algún gallego, vasco, asturiano, o incluso siciliano).
La “inmersión” prolongada en una Universidad que presta atención prioritaria a un “ambiente” en el que se respiran y absorben como por contagio los principios y valores en que se funda la dignidad del ser humano: respeto a la libertad, sentido de responsabilidad, amor a la verdad, lealtad, etc. El atractivo de ese “ambiente” es, sin duda alguna, lo que la mayoría de los participantes en el PGLA recuerdan sobre todo lo demás.
La inserción activa en el Programa, merced al contacto continuo de todos entre sí y con la Facultad. A tal efecto, se pusieron en marcha un par de balbucientes experiencias precursoras del sin par “Faustino”: las Cartas Circulares y las Tertulias radiofónicas en frecuencias de aficionados.
La impulsión de los Encuentros Internacionales del PGLA en Medellín (1981, primero organizado en un jardín botánico y por sólo mujeres); Viña del Mar (1985, con terremoto incluido); Buenos Aires (1989, declarado de Interés Nacional, con más de 400 asistentes: profesionales de los medios, académicos, empresarios y diplomáticos); y Monterrey (1990, para asegurar la continuidad de la última edición del PGLA con las primeras de otros programas de la Facultad diseñados específicamente para América).
El saberse partícipes de una experiencia pionera, cuyo prestigio abrió a la Facultad de par en par las puertas de todo el continente americano.
Como Director del PGLA tuve la fortuna de recorrer América de arriba abajo dieciséis años, y ver cómo la buena marcha del Programa obligaba a encajar en la agenda más tareas cada vez, que habrían quedado desatendidas de no haber incorporado otros profesores a los viajes anuales de los últimos cuatro o cinco años. Pero la atención prioritaria de la agenda se dio siempre a los reencuentros con los exalumnos, cuya colaboración fue y sigue siendo inestimable varias décadas después. Tales reencuentros son parte importante de la memoria histórica del Programa, y se consolidaron a lo largo de los años en docenas de tertulias sin jet-lag ni relojes a la vista.
La mayoría de quienes cursaron el Programa trabajan hoy, difundiendo su espíritu, en medios de comunicación de sus países de origen, o dispersos por el ancho mundo como corresponde a su profesión nómada y viajera. Y no pocos colaboran en la formación de profesionales de la comunicación, en más de cincuenta universidades del mundo entero. Aparentemente, pues, “el futuro ha comenzado”… con buen pie.
---Francisco Gómez Antón fue director del Programa de Graduados Latino Americanos de la Universidad de Navarra